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Portaaviones "tóxico" hundido en el Atlántico, adiós Foch

La marina brasileña ha anunciado que ha hundido en el océano Atlántico el antiguo portaaviones francés Foch, lleno de amianto, pintura y otros residuos tóxicos. Una decisión criticada por varias organizaciones ecologistas.

"El hundimiento planificado y controlado tuvo lugar a última hora de la tarde del viernes" a unos 350 km de la costa brasileña, en una zona donde la profundidad del agua es de "unos 5.000 metros", rezaba un comunicado.

El portaaviones Foch (R 99) era un buque de guerra francés perteneciente a la Clemenceau. Fue el segundo buque de guerra bautizado en honor del mariscal Ferdinand Foch.

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Adiós a la Foch
La Marina brasileña ha anunciado que ha hundido el antiguo portaaviones francés Foch en el océano Atlántico. "El hundimiento planificado y controlado tuvo lugar a última hora de la tarde del viernes a unos 350 km de la costa brasileña, en una zona donde la profundidad del agua es de unos 5.000 metros", según un comunicado.
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La historia del Foch en pocas palabras
El portaaviones Foch (R 99) era un buque de guerra francés perteneciente a Clemenceau. Fue el segundo buque de guerra bautizado en honor del mariscal Ferdinand Foch. La construcción de Foch finalizó el 15 de julio de 1963 en Brest (Francia). Tras una carrera de 37 años en la Marina francesa, el buque fue vendido el 15 de noviembre de 2000 a la Marina brasileña y rebautizado como São Paulo.
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Un gigante "tóxico"
Una compra fallida, ya que la estructura del buque estaba compuesta de amianto (9,6 toneladas), pinturas tóxicas, metales pesados y aceites, dioxinas y contaminantes nucleares peligrosos (otras 644 toneladas en total). Por eso se suponía que iba a ser desmantelado, pero en lugar de eso fue implosionado en el borde de la "Zona Económica Exclusiva".
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La decisión de hundirlo
A principios de semana, se consideró que no había otra opción dado el estado ruinoso del viejo portaaviones de 266 metros de eslora. Descrito como un "paquete tóxico de 30.000 toneladas" por la asociación Robin des Bois. El hundimiento de Foch se consideró inevitable. Y si no se hubiera controlado, habría puesto en peligro no sólo el océano, sino también las vidas de la tripulación del remolcador holandés que tiraba del portaaviones.
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La alarma de las autoridades brasileñas
Brasil había intentado resolver el problema del barco contaminado. El astillero turco Sok Denizcilik en 2021 había obtenido permiso de las autoridades de Ankara para transportar el buque para su desguace. Sin embargo, cuando la organización ecologista Izmir Yasham Alanlari descubrió la noticia, emitió un comunicado muy duro: "El barco que llega a Esmirna es un ataúd negro, cargado de muerte, destrucción, dolor y problemas. Según el artículo 13 de nuestra ley de medio ambiente, está prohibida la importación de residuos peligrosos". No hay nada que hacer.
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La ira de los ecologistas
Las organizaciones no gubernamentales ecologistas Greenpeace, Sea Shepherd y Basel Action Network denunciaron "una violación de tres tratados internacionales sobre medio ambiente". Este hundimiento causará daños "incalculables", con "repercusiones en la vida marina y las comunidades costeras", denunciaron en una declaración conjunta.
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22/06/2024
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