GENTE LOCA

Un emoji de pulgar hacia arriba es tan bueno como una firma: la increíble historia de un granjero

En nuestras comunicaciones diarias, el uso de emoji está ya completamente fuera de lo común. Todos los utilizamos para comunicarnos con amigos y compañeros, los usamos en las redes sociales, en nuestros mensajes y más allá.

Sin embargo, lo ocurrido en Canadá es increíble. Un agricultor canadiense se vio obligado a pagar más de 60.000 dólares de multa a sus proveedores, ya que un juez local dictaminó que el uso del emoji del pulgar hacia arriba en un mensaje tiene el mismo valor legal que una firma en un contrato oficial.

Esta sentencia abre el camino a toda una serie de implicaciones futuras sobre el uso de estos emoji, por lo que tendremos que ser cada vez más cuidadosos a la hora de comunicarnos a través de la tecnología moderna.

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Ocurrió realmente en Canadá
En nuestras comunicaciones diarias, el uso de emoji está ya completamente fuera de lo común. Todos los utilizamos para comunicarnos con amigos y compañeros, los usamos en las redes sociales, en nuestros mensajes y más allá. Sin embargo, lo ocurrido en Canadá es increíble. Un agricultor canadiense se vio obligado a pagar más de 60.000 dólares de multa a sus proveedores, ya que un juez local dictaminó que el uso del emoji del pulgar hacia arriba en un mensaje tiene el mismo valor legal que una firma en un contrato oficial.
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El antecedente
Esta sentencia se refiere a un agricultor de Canadá que tuvo que pagar más de 60.000 euros por un contrato de compra de trigo que no cumplió. Esta es la historia: una empresa que compra trigo envió un mensaje de texto a sus proveedores en el que ofrecía comprar lino a un precio de 17 dólares canadienses por tonelada con entrega. Los agricultores Bob y Chris Achter negociaron vender el lino a 18 dólares estadounidenses la grapa.
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¿Qué ha pasado?
Después, un representante de la empresa que quería comprar envió una imagen muy sencilla del contrato al teléfono móvil de Chris, con un mensaje de texto que decía "Confirmar contrato". En respuesta a tener que ver y aceptar el contrato, Chris Achter envió el emoji del pulgar hacia arriba. De hecho, el agricultor dijo al juez que sólo aceptó revisar el contrato a posteriori, pero el juez decidió que el emoji de "pulgar hacia arriba" era una confirmación válida del acuerdo contractual.
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Las consecuencias y la alegría de los abogados
Esta sentencia es histórica a su manera, porque abre el uso de los emoji como componentes de la naturaleza y que tienen validez jurídica ante los tribunales. Expertos en Derecho laboral han afirmado que esta sentencia podría abrir enormes complicaciones en las relaciones empresariales. A partir de ahora, un pulgar hacia arriba muy trivial podría interpretarse también como un acuerdo sobre las nuevas condiciones de un contrato, aunque en realidad no se esté de acuerdo con ellas.
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Sentar un precedente
Sin embargo, conviene precisar que no todos los emoji tendrán el mismo valor jurídico. De hecho, el propio juez, y todos los que comentaron la sentencia, reiteraron el hecho de que cada caso similar tendrá que ser tratado y evaluado en su individualidad, y no simplemente basándose en este precedente, que en cualquier caso es probable que influya en casos similares en un futuro próximo. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con el uso de emoji, especialmente cuando se trata de documentos oficiales, ya que pueden tener más peso del que se piensa.
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